viernes, 1 de julio de 2011

el espíritu del vino





Recuerdo las veladas entrañables en un pequeño restaurante oriental.
Nuestro punto de encuentro, siempre los mismos pero tan diferentes entre nosotros. Todos con distintos destinos, con diferentes rumbos, pero por esa noche con el mismo puerto.
Siempre el mismo menú, para tres.
Durante la cena regábamos nuestro espíritu con vino, aportando la facilidad de palabra y la sinceridad de las mismas. Sumergidos en él imaginábamos el mar a nuestra manera, marineros, náufragos... Leyendas y sueños se extendían en la palabra, y por una noche, éramos los dueños del mar.
Nunca les explique mis sueños, porque sé que para ellos es lo inalcanzable, lo desconocido, aunque para mi, la oportunidad.
Al finalizar la cena se daba paso a la relajación del estomago mediante licores de flores orientales y en ésta, se unía a nosotros Baco, el Dios del vino, de la fiesta por excelencia, comprimiendo las horas en breves espacios de tiempo...
Pasábamos la noche recordando situaciones y anécdotas, divirtiéndonos juntos con los recuerdos pasados, pero en esos momentos presentes para nosotros.
Las alegres maldiciones pronunciadas con un acento del interior al agotarse el tabaco, eran la culminación de una noche que nos anunciaba el fin de la velada y la hora de volver a casa.
Baco nos acompañaba convirtiendo el pequeño puerto en un laberinto donde todas las casas a nuestros ojos parecían iguales.
Él, ávido de fiesta, nos invitaba a seguir tentándonos con su espíritu alegre. Nos contagiaba y a veces nos convencía. Pero de ahí nuestros mejores momentos. Aliñados con alcohol y excesos que nos llevaba en ocasiones a despertar al Dios de la guerra, mi Dios.
Recuerdo de esto son las señales de mi brazo derecho, como respuesta a una provocación. Pero para mi, la demostración de un espíritu, mente y cuerpo combativo.
La gente lo llama locura, yo, lo llamo rabia interior, esa que al explotar no conoce limites.
Es la explosión de la sangre caliente de mis antepasados, de mi sangre, sangre viva, sangre que constantemente bombea mi corazón, y..., sangre en la cual creo firmemente.


*(si has entrado por primera vez y deseas saber la historia de Isaac, empieza por el primer fragmento "La primera piedra" y ves leyendo hasta este ultimo.)

*Ilustración: "Dios del vino" Desconocida

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