miércoles, 6 de julio de 2011

los surcos del destino



A veces contemplo las líneas de mi mano y me pregunto donde estoy, en que punto de mis surcos me encuentro. En que punto de mi destino. 
Observo la línea de la fortuna, de la vida, del amor... Igual que hacia mi madre cuando era un niño, pero ahora no oigo sus palabras como narran mi destino.
Manos que cuentan su historia sin palabras. 
Líneas grabadas en ellas que son las cartas por donde navega mi alma, mi barca.
Líneas heredadas de mi familia, que surgieron en algún punto de sus surcos. Allí donde se cruzaron sus viajes.
Cada uno tiene escrito en su mano izquierda su destino, porque es la derecha la que lleva el timón de tu nave, por eso esta escrito así.
En tus manos esta el curso de tu nave. Dominar el timón cuando crecen las olas. Porque sino, serán estas las que cambien tu rumbo, tu destino.

Al contemplarla observo mi rostro reflejado en el mar, y me doy cuenta de los años que pasan, como el agua que corre delante mío... Y entonces me pregunto quien es el que me observa desde el otro lado del espejo? Que ha hecho? Que tiene?
A mi mente vienen las palabras de mi abuelo:
-Tanto tienes, tanto vales. –Me solía decir cuando era pequeño, como si fuera el estribillo de una canción.
Palabras que no comprendía entonces, pero que hoy me doy cuenta de su significado.
Intento responder a mis preguntas, pero no encuentro respuesta alguna, y con ello me viene la duda. Y con ella el temor a perderme en este mar.
Pienso en mi viaje, en las millas de mar que he dejado atrás hasta llegar al día de hoy. Nunca he dejado de luchar, nunca he dado un sueño por perdido.
Siempre he creído en mi mismo y en los míos. He intentado aprender de mis errores, he encallado mi barca mil veces en la misma roca, pero he seguido adelante, y hoy me encuentro aquí. En medio del mar. Navegando por los surcos de mi destino, por las líneas de mi mano... Pero a veces el contemplar el horizonte me inquieta.
A veces creo que no es suficiente, que podría navegar mas deprisa.
Me eché al mar en busca de un sueño. En busca de unas islas llenas de tesoros. Unas islas donde pudiera llevar a los míos, donde pudiera recompensar su esfuerzo y el sufrimiento que soportaron para darme la oportunidad de poder elegir.
Y hoy me encuentro aquí.., en este punto.
A veces quisiera saber mi futuro, saber la respuesta a mi pregunta, saber si algún día llegaré a encontrar mis islas soñadas... Aunque tampoco deseo oír lo contrario.
No deseo oír una sentencia a mi destino, no deseo saber el sabor del fracaso. Si ha de ser así, entonces quisiera degustarlo una sola vez, el día en que se apague mi llama. Pero no surcar los mares como un barco fantasma, a la espera de mi naufragio.

Tarde o temprano encontraré la respuesta a mi pregunta, porque será el destino quien me la revele y no otro.

Recuerdo cuando jugaba con las cartas de mi madre.., siempre aparecía la figura del loco, y no se porque, siempre creí que esa carta hablaba de mi. Pero hace tiempo que dejo de aparecer ocupando su lugar el emperador, que lo sigo identificando como mi punto de viaje en la baraja.
La gente desea saber el futuro, para poder cambiar el rumbo de su destino hacia los vientos favorables.

Pero el destino es un libro que esta escrito por nuestra mano. Solo conoce el final aquel que pueda leerla.

*(si has entrado por primera vez y deseas saber la historia de Isaac, empieza por el primer fragmento "La primera piedra" y ves leyendo hasta este ultimo.)

*Escultura: "La mano de Dios" Lorenzo Quinn.

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