A veces me invade el
vacio, la nada, el espectro de un fantasma que navega en silencio, que ha
perdido su rumbo, su orientación, su viento, el aire que infla sus velas y hace
correr su nave en busca de un sentido.
Apenas percibo la
soledad de mi barca, ni el vaivén del mar, simplemente la nada, miro al
horizonte sin saber que está ahí, sin ver nada, ni tan siquiera la infinita línea
que separa el mar del cielo, tampoco percibo el calor del sol, ni me siento mi
temperatura corporal, simplemente no percibo nada, como un fantasma….
No tengo apetito ni
sed, tampoco sueños, nada, ni tan siquiera vacio en mi interior, nada…
Me llevo las manos a
la cara y cubriendo mi rostro siento una lagrima que desea escapar, noto ese calor
de mis manos en la cara mojándose por lagrimas que recorren mi piel, refrescando
mis mejillas al ser esparcidas con mis manos intentando borrarlas de él.
Como agua de lluvia…
siento su frescor en mi piel.
Los temores de un
hombre, aquellos a los que evitamos hacer frente, aquellos a los que intentamos
rodear con nuestra nave en busca de nuestros sueños… con tal de no pasar por ellos, con tal de no
caer… buscando siempre una alternativa a ese rumbo que nos sea más segura…
Hoy el mar me llama,
dar un rodeo , buscar un rumbo alternativo sería demasiado tarde para ello, hoy
el mar me llama para enfrentarme a mis temores, a mis miedos, y … para saber si
eres tu Isaac, aquel que merece encontrar las islas llenas de tesoros, esas que
el mar guarda con tanto recelo, esas que no son para cualquiera, sino para
aquellos que merecen ser dueños de una tierra llena de tesoros, tu las soñaste,
viajas en busca de ellas…, a veces las percibes cerca, pero quizás hasta hoy
has dado vueltas y vueltas alrededor de ellas, buscando vías más seguras con
tal de no enfrentarte a tus miedos…
Tu voluntad, tu lucha,
tu espíritu, tu alma, tu sangre, tu convicción, tu yo como fuerza…
Oyes el latir de tu corazón,
tu ritmo cardiaco se acelera, se eriza tu piel, se despierta tu mente y se
agudizan tus sentidos, los escalofríos recorren tu espalda, sientes que se acerca
la hora, sientes la fuerza del mar que engrandece las olas, SIENTES!
Tus manos transpiran
de sudor, se refrescan del agua que emana tu cuerpo, disipas los nervios concentrándote
en ello, te mentalizas, te preparas, asumes tu papel, recuerda, eres el púgil,
recuerda “si quieres lo mejor, hay que estar dispuesto a pagar el mejor
precio”… sabes el valor de tus sueños…
sabes que no hay monedas para pagarlo, sabes que no es un precio, sino, el
conjunto de todo aquello que ha formado a un hombre, sus valores, el respeto a
ellos, los orígenes, la tierra que te vio nacer, el pensamiento, la escuela que
te han inculcado, que has mamado desde pequeño, la universidad de la vida, allá
donde sólo, aprendiste. Allá donde zarpaste por primera vez en busca de un
sueño…
Recuerda el nombre de
tu barca “Morgen”… “el Mañana”.
*Ilustración: "Fortitude". Autor: Desconocido.
El miedo nos priva muchas veces de cosas maravillosas que estando al alcance de nuestras manos las vemos y sentimos lejanas, imposible de realizar…todo es posible, nuestros sueños lo son, solo hay que cruzar ese mar de dificultades que nos ahoga y que incluso somos nosotros mismos los que las construimos para justificar ese temor…
ResponderEliminarVivimos, sentimos, eso es motivo más que suficiente para ir en busca de aquello que nos haga sentir vivos…
Enriquecedor este texto… ;-)
Bsos