miércoles, 16 de noviembre de 2011

El hombre



A veces me invade el vacio, la nada, el espectro de un fantasma que navega en silencio, que ha perdido su rumbo, su orientación, su viento, el aire que infla sus velas y hace correr su nave en busca de un sentido.
Apenas percibo la soledad de mi barca, ni el vaivén del mar, simplemente la nada, miro al horizonte sin saber que está ahí, sin ver nada, ni tan siquiera la infinita línea que separa el mar del cielo, tampoco percibo el calor del sol, ni me siento mi temperatura corporal, simplemente no percibo nada, como un fantasma….
No tengo apetito ni sed, tampoco sueños, nada, ni tan siquiera vacio en mi interior, nada…
Me llevo las manos a la cara y cubriendo mi rostro siento una lagrima que desea escapar, noto ese calor de mis manos en la cara mojándose por lagrimas que recorren mi piel, refrescando mis mejillas al ser esparcidas con mis manos intentando borrarlas de él.
Como agua de lluvia… siento su frescor en mi piel.

Los temores de un hombre, aquellos a los que evitamos hacer frente, aquellos a los que intentamos rodear con nuestra nave en busca de nuestros sueños…  con tal de no pasar por ellos, con tal de no caer… buscando siempre una alternativa a ese rumbo que nos sea más segura…
Hoy el mar me llama, dar un rodeo , buscar un rumbo alternativo sería demasiado tarde para ello, hoy el mar me llama para enfrentarme a mis temores, a mis miedos, y … para saber si eres tu Isaac, aquel que merece encontrar las islas llenas de tesoros, esas que el mar guarda con tanto recelo, esas que no son para cualquiera, sino para aquellos que merecen ser dueños de una tierra llena de tesoros, tu las soñaste, viajas en busca de ellas…, a veces las percibes cerca, pero quizás hasta hoy has dado vueltas y vueltas alrededor de ellas, buscando vías más seguras con tal de no enfrentarte a tus miedos…
Tu voluntad, tu lucha, tu espíritu, tu alma, tu sangre, tu convicción, tu yo como fuerza… 
Oyes el latir de tu corazón, tu ritmo cardiaco se acelera, se eriza tu piel, se despierta tu mente y se agudizan tus sentidos, los escalofríos recorren tu espalda, sientes que se acerca la hora, sientes la fuerza del mar que engrandece las olas, SIENTES!

Tus manos transpiran de sudor, se refrescan del agua que emana tu cuerpo, disipas los nervios concentrándote en ello, te mentalizas, te preparas, asumes tu papel, recuerda, eres el púgil, recuerda “si quieres lo mejor, hay que estar dispuesto a pagar el mejor precio”…  sabes el valor de tus sueños… sabes que no hay monedas para pagarlo, sabes que no es un precio, sino, el conjunto de todo aquello que ha formado a un hombre, sus valores, el respeto a ellos, los orígenes, la tierra que te vio nacer, el pensamiento, la escuela que te han inculcado, que has mamado desde pequeño, la universidad de la vida, allá donde sólo, aprendiste. Allá donde zarpaste por primera vez en busca de un sueño…

Recuerda el nombre de tu barca “Morgen”… “el Mañana”.



*Ilustración: "Fortitude". Autor: Desconocido.

1 comentario:

  1. El miedo nos priva muchas veces de cosas maravillosas que estando al alcance de nuestras manos las vemos y sentimos lejanas, imposible de realizar…todo es posible, nuestros sueños lo son, solo hay que cruzar ese mar de dificultades que nos ahoga y que incluso somos nosotros mismos los que las construimos para justificar ese temor…
    Vivimos, sentimos, eso es motivo más que suficiente para ir en busca de aquello que nos haga sentir vivos…

    Enriquecedor este texto… ;-)

    Bsos

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