Los azotes del viento, el frío, las olas más temerarias, han hecho que mi nave sea más rápida, más ágil que cualquier otra. Los días largos sin viento, ni sol, ni murmullos, han hecho que coja los remos e impulse mi barca. Los días de soledad y tristeza han hecho llorar mi alma. Llorar hasta que el llanto se desvaneció en el eco del silencio de un mar que no respondía a mis suplicas. Puedo llorar solo en mi barca pero no puedo dejar de remar por ello. Mi Dios, mi fuerza, me coge de la mano y me lleva de ella. Me señala el camino y cuando miro en esa dirección se lleva la mano a su pecho para sentir el palpitar de su corazón. Lo oyes Isaac, es nuestra sangre, nuestro origen, nuestro sueño. Eres sin duda el más preparado para ello. Para realizar este viaje, para llevar esta nave a la tierra prometida, a nuestros sueños, nuestras islas llenas de tesoros. Tienes la capacidad de resurgir entre las olas, de guiarte sin estrellas, de navegar sin viento. Tu destino está escrito, pero recuerda que en tu mano esta el timón de esta nave. Con el tiempo te has convertido en un hombre, te has curtido en el mar tomando tus propias decisiones, te has mantenido firme ante la adversidad y no te has dejado doblegar ante cualquier temporal de lluvia y viento, las tormentas te hicieron crecer y tus cicatrices son muestra de ello. Son recuerdos de un viaje que nunca olvidaras. Ya empiezas a vislumbrar el camino y hoy eres más fuerte que ayer. Tus temores tu s dudas se van disipando ante la certeza de que estas más cerca. Los vientos soplaran a tu espalda, no lo dudes, ten confianza en ello.
Ahora navegaras más rápido que nunca. Ahora sabrás de lo que tú y tu nave sois capaces de realizar.
*Ilustración: Radical trimaran, Oracle race. Autor : Desconocido.
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