Avanzo poco a poco con mi nave tras de mí, cada vez veo más
cerca ese mar en el que pueda volver a navegar, pero cuesta tirar a través del
hielo.
La proximidad del mar alimenta mi esperanza, mi ilusión,
la pasión por navegar en busca de un sueño. Y ello me empuja a tirar de nuevo,
ha avanzar un paso más.
Siento una brisa que acaricia mi espalda, que me empuja
cuando flaquean mis fuerzas, me empuja a ir hacia delante, hacia el mar. Esa
brisa toma voz hablándome con su silbido,
con su rumor torna fuerza convirtiéndose en viento. Un viento que sacude mi
barca queriendo desplegar sus velas. Ya no silba sino aúlla. Viene en mi busca.
Se acerca hacia mí haciendo oír su rugido. Sé que es ahora cuando hay que tomarlo,
sé que puedo hacerlo.
Subo a mi barca y desplego mis velas, viendo como se
llenan, como ni nave cobra vida de nuevo, como se levanta y navega de nuevo,
surca el hielo con el viento, se desliza suavemente mientras acelera su paso
impulsada por el viento, ese viento que infla mis velas. Ese viento que nos
empuja a ir en busca de nuestros sueños.
Nos deslizamos por el hielo y el mar se muestra ante mí,
el azul de sus aguas aguardan mi nave, nuestro regreso. Ya falta poco, ya me
acerco, ya veo el fin de este mar helado.
El agua emerge sobre el hielo dibujando una pequeña
estela a nuestro paso, sumergiéndonos cada vez más en sus aguas. Avanzamos
veloces con el viento mientras despierta ante nuestros ojos un nuevo mar que se
extiende hasta perderse en el horizonte. Impactando de nuevo el vaivén de las
olas en el casco nos adentramos de nuevo en él.
Navegando de nuevo, pero con más fuerza, con más
velocidad hacia nuestras islas, hacia nuestros sueños.
*(si has entrado por primera vez, empieza por el primer fragmento "La primera piedra" y ves leyendo hasta llegar a este ultimo).
*Foto: Desconocido
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